Tal vez si los DOCENTES tratarámos de salir de las que podrían ser monótonas clases y mostráramos el mundo como cada quién se prepara para verle, aún de la misma escalerilla, lograríamos que cada uno pueda escuchar las voces que le lleven a sus sueños...
Seguramente nuestra misión se colmaría de sentido, pero, para ello, también nosotros debemos pensar en cada instante de nuestras vidas, como único e irrepetible, con la fuerza de nuestros propios sueños, para que transmitan la energía y la voluntad de descubrirse a sí mismos y comenzar a compartirlos con los demás...
¿Qué haría hoy de extraordinario para aprovechar mi vida? ¿Qué haría para sentir que la estoy tomando entre mis manos y la estoy saboreando a pleno? ¿Qué conversaciones tendría con las personas que tengo a mi lado para “sacarles el jugo”? ¿Qué haría junto con ellas para disfrutar un día pleno?
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